El Curioso Caso de Benjamin Button tiene un argumento parecido: un bebé nace envejecido y va rejuveneciendo...
Las cuatro clases volvemos a juntarnos con el afán de compartir palabras, ideas y sonrisas. El concurso de historias es el pretexto para juntarnos cada pocas semanas y comprobar qué ha salido de nuestras cabezas. El primer tema ha sido: "Me levanto de la cama, soy un adulto y mis padres son unos niños..." Estas son algunas de las creaciones (no podemos poner todas, pues son muchas):
Qué viejo estoy!
Ay, qué sueño tengo,
ahora voy y vengo.
Me miro en el espejo
y me asusto del reflejo
porque estoy muy viejo.
Corro hacia mis padres
Gritando Carmen, Andrés!
y se han vuelto niños
¿no estaré en el mundo
de los sueños?
Ay, qué sueño tengo,
ahora voy y vengo.
(Anónimo)
Llorando le diría a mi mamá que tengo el pelo blanco. Iría al cole con bastón y después del cole me iría a casa y a la cama. (Anónimo)
Al levantarme le diría a mi mamá que tengo el pelo blanco, y me iría a dormir de los dolores de todo el cuerpo (Anónimo)
Me desperté, me sentía algo rara, mis pies no cabían en la cama! Me levanté y qué alta era! Abrí mi armario, me intenté vestir pero... la ropa no me cabía. Excitada y casi aguantando la respiración fui al cuarto de mis padres, eran bebés, no paraban de llorar. Entonces, salí, y me senté a reflexionar. No podía ser verdad. Me pellizqué lo más fuerte que podía deseando despertar, pero no!, ya estaba despierta en la realidad. Fui al cuarto de mis hermanos: mi hermano estaba diseñando una maqueta de casas bioclimáticas y mi hermana estaba poniendo ropa a una muñeca y cosiendo nuevos estampados. Les pregunté si yo trabajaba en algún sitio y me dijeron que era profesora de infantil y que tenía que estar ya desde hacía media hora. Me dio el uniforme y fui corriendo a la escuela. Todos me esperaban, no sabía cómo dar clase, pero lo intenté. Y desde ese día cuido a mis padres y trabajo de maestra. Nunca pensé que me iba a hacer mayor tan rápido (Candela)
UN DÍA COMPLICADO.
Un día, al levantarme, vi que me habían salido muchas arrugas. Entonces me miré al espejoy tenía ochenta y dos años: no me lo podía ni creer!, pero a los seis segundos mi pelo era gris. Allí me puse muy nerviosa. Fui corriendo al cuarto de mis padres, vi a dos niños de dos años y busqué a mi hermana. Al final la encontré: era una señora de setenta y cuatro año. En ese instante, lo sniños me pidieron leche. Se me ocurrió ir a la tienda y les compré un bote de leche. Mi hermana y yo estábamos todo el día limpiando el pipí, y el popó. Encima no les gustaba la comida que les hacíamos. La suerte que tuvimos fue que en tres horas se quedaron dormidos. Después, primero se despertó mi madre, cogió los pinturetes y empezó a pintarse con el pintalabios el pelo, los ojos, las piernas, etc. Luego, cuando estaban los dos despiertos, rayaron el televisor, se mancharon de chocolate, etc. Después de un largo rato, por la noche, se fueron a la cama: ¿qué día nos esperará mañana? (Ansó)
Esperamos que os gusten. Muchas gracias a todos los participantes que hacen tan especiales estas actividades conjuntas.
Enhorabuena a todos por los relatos y, especialmente, por vuestro interés en una actividad tan bonita.
ResponderEliminarSoy ABETO FLORECIENTE.
muchas gracias por escribir
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